Bosques I
llenos de lágrimas del mundo,
queriendo derramar vidas e historias,
las gotas se deslizan al son del llanto,
el cielo ríe con relámpagos,
los cuerpos se tiran en sus camas,
encendiendo una vela frente a sus ojos,
Pasa, pasa el paso,
presiona y cierra, descubre su cabeza
voltea, no hay luz pero sombras
esboza, una mueca de sonrisa y
salta, en su corazón una esperanza
brilla, en sus ojos la alegría del
mundo, grandes son
para ver, las caricias de la vida,
Se escriben historias de un bello astro,
que regala al firmamento el sello de la victoria
hombres lo cuentan,
muestran fotografías: escritas o coloridas,
de lo que supone ser el milagro más bello,
de la vida que recuerdan nuestras plumas
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Bosques II
Cruzo un enarbolado campo,
a la derecha mi cetro,
a la izquierda mi brazo,
el horizonte luce esmeralda,
y oculta los destinos del camino.
Me detengo bajo un verde guardián,
aguarda la providencia así como el misterio,
en mi chistera visito la crónica del camino,
intercambio fantasmas por voces,
voces por pinturas, pinturas por rompecabezas,
canta el grillo de la chistera,
canta mi canto, canta mi secreto.
Emana un resplandor del campo enarbolado,
canta prudencia y calma,
mi corazón hierve y salto de puntas,
correr al resplandor,
para entonces levantarme y respirar.
¡Ah!... Más campo, más esmeralda,
el canto del grillo toca la chistera,
recuerda y anuncia el canto del camino,
levanta la mirada, a la derecha mi cetro,
a la izquierda mi brazo,
mi brazo en el corazón,
mis ojos al cielo,
a mis hombros mis amigos.
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